Lo que pienso es que citas y
trabajos grupales tienen, ambos, dos razones de ser: una practica y una
pedagógica. El objetivo practico de empezar
casi todas las clases con citas, poesías
o páginas de autores más o menos conocidos es obtener atención y
predisponer nuestros cerebros para un buen trabajo. Por otro lado, el objetivo
pedagógico es enseñarnos una moraleja, un mensaje, una lección, casi siempre de inmediata
comprensión, que a menudo nos deja sin palabras. Además el hecho de elegir
autores de diferentes periodos históricos y con identidades culturales muy
variadas nos permite ampliar nuestros horizontes e intereses. Trabajar en grupos, que sean
ocasionales o estables, tiene para mí otro tipo de finalidad, es decir adaptar
nuestros ojos y nuestro pensamiento a la nueva realidad: el nuevo paradigma de
la interdependencia compleja. El objetivo pedagógico es
desarrollar nuestra capacidad de relacionarnos con los demás, aprendiendo
también a respetarlos. Como he dicho los grupos tienen
también un objetivo practico, es decir
alcanzar los objetivos con menor esfuerzo, gracias a la capacidad de compartir
sin egoísmo. Para mí estas son, ni más ni
menos, las razones de ser de toda la asignatura y los objetivos generales del
profesor. En conclusión quiero decir que,
leyendo un post de una compañera que se autocritica para no saber gestionar la
extrema libertad concedida, me he dado cuenta que tenemos casi todos el mismo
problema. Sin embargo, y espero no
equivocarme, me parece que otro objetivo de la asignatura es enseñarnos a ser
(casi) totalmente libres, pero sin perdernos. Hay que aprovechar de esta posibilidad.
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